El amor en mi vida siempre ha ocupado un lugar primordial. Ya bien sea el amor fraternal o el amor romántico, sentirlo, disfrutarlo, sentirse embargado por él, ha sido y es parte integrante de mi forma de ser. Y no es menos el amor que siento por todo lo que me rodea, ya bien sean los seres humanos como la naturaleza que nos envuelve en su manto, junto al resto de las criaturas vivientes con las que comparto mi existencia.
Es por ello que me duele tanto el dolor ajeno. El de esos niños masacrados, el de esos civiles impotentes ante ese holocausto que se les viene encima y del que ninguno, más tarde o más temprano, quedaremos exentos. De esos seres humanos que ven truncadas sus esperanzas por la ambición de otros que se creen mejores.
Ya es hora de decir BASTA ante tanta insensatez. Y como lo único que puedo hacer es alzar mi voz contra tanta ignominia, brindo a todos los que me quieran oir mis palabras de amor. Porque como dijera el poeta: SOLO EL AMOR ENGENDRA LA MARAVILLA.
Hoy, ante la situación en que los humanos hemos colocado tanto al planeta como al resto de los humanos, quiero compartir con uds. un poco de ese AMOR. Y, aunque está narrado como algo ajeno, puedo asegurarles que fue el inicio de mi encuentro con el hombre al que puedo llamar, sin lugar a equivocarme, el que me enseñó que UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE SI ESTA BASADO EN EL AMOR.
PARA UDS.:
ANTE TANTO HORROR...UN POCO DE AMOR
Ariadna, -haciendo honor al origen de su nombre, "aracne", se sentía cada vez más y más atrapada en su propia red. Sabía que ese encuentro tenía de todo menos casual. Y que el cerco alrededor de ellos se estrechaba poco a poco.
Sus ojos se cruzaron y ya no hubo más. El mundo dejó de existir y sólo quedó ÉL, con aquella mirada casi infantil en un rostro demasiado hermoso para ser varonil.
No mediaron palabras, no fueron necesarias. Todo estaba dicho cn ese primer encuentro. Y supo que al fin había encontrado las respuestas a sus inquietudes. Aquellas que le hicieron salir en plena noche en busca de las mismas. No necesitaba más. Sólo a Él. Estaba ahí. Y era todo suyo.