domingo, 11 de octubre de 2015

De las calles de mi Habana: el Callejón de Espada

Quiso la casualidad, que allá por los años '20 del pasado siglo, mi Tío Abuelo Alonso  decidiera comprarse una casa en el número 6 del Callejón de Espada entre Chacón y Cuarteles en la hoy llamada Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad . Esta calle.- que en un principio se llamó calle del Ataúd debido a que su forma de  manzana triangular semeja la tapa de un ataúd-, recibió más tarde el nombre de calle de Espada porque, según la leyenda, en ella residió el Obispo Espada, en la casa que actualmente ocupa la Sociedad Dante Alighieri.

A esa casa, algunos fines de semana, me enviaba mi mamá a compartir con mi  Tia Abuela Manene, Mi Tata Celia y mis primas Yolanda y Gilda.  Era una modesta casa de 4 habitaciones, sala, comedor, cocina con sus fogones de carbón, baño,y un bello patio interior rodeado de plantas, en el que habitaba una eterna tortuga y al que se  podía acceder directamente desde los dormitorios.

Las habitaciones, de muy alto puntal atravesado por gruesas vigas por las que en la noche se oía caminar a los "guayabitos", estaban separadas por mamparas de ricos arabescos y en el comedor caían los rayos de sol de diversos colores cuando traspasaban por el vitral que separaba esta estancia del patio interior. El antiguo reloj de Cuco que había en el comedor regía cada minuto de nuestras vidas.  En el salón, señoreaba un precioso conjunto de rejillas compuesto de sofá, dos butacas y dos sillones, de caoba barnizada todo tallado a mano con su mesillas a juego.  Ahí solíamos reunirnos la pandilla del "Callejón": Yoly, Gilda, Gilda, la larga, Geovanny, Paquito, Jesús y hasta aquella magnifica cantante fallecida prematuramente: Caridad Cuervo, quien compartió muchas de nuestras veladas al ritmo del rock'n roll, y que fue nuestra entrañable amiga, al igual que su hermano.

Nuestros fines de semana se iniciaban los sábados cuando el "mercado" de carretillas ambulantes comenzaba su ajetreo, y Cuadrado ( con su camisa anudada) y Julia, (con su tabaco en la boca),  montaban su tarima para vender el "maíz molido y las hojas para tamales ".  Y también, naranjas de china recién peladas en su "maquinilla".  Junto a ellos, a lo largo del Callejón, se apilaba el resto de las carretillas con sus productos frescos y listos para ser vendidos.  Y el Callejón se convertía en una animada reunión de vendedores ambulantes al compás de sus llamativos pregones.

No más levantarnos, a una de nosotras nos enviaban a buscar el pan fresco a la panadería de la calle Chacón y a las restantes nos entregaban "el paño, el plumero y el pomo de Tumbler"  y a frotar hasta que los muebles estuviesen relucientes y sin una mota de polvo.  Después de terminada nuestra "jornada laboral", lo mismo Manene que Tía Tata nos llevaba a alquilar bicicletas a Cuba 8 para montarlas en los alrededores o nos llevaba a montar patines (aquellos famosos Unión 7 que después se convertían en chivichanas) al Parque de la Avenida de las Misiones, frente al antiguo Palacio Presidencial.

Antes de almorzar .- Manene era de ascendencia china, asi que las "verduras" eran plato frecuente.- nos metían en la gran tina del baño con sus patas de león, una a una, y venía Tia Tata con su crujiente estropajo casero y rasca que rasca para sacarnos el "churre" de la semana.  Cuando nuestra piel ya estaba reluciente, y con los pijamas puestos,  almorzábamos en la pesada mesa de estilo español con sus patas serpenteantes y después de una corta "siesta" (que ninguna cumplimentaba) nos vestían de "domingo" y a la calle.

Unas veces nos llevaban al cine Verdún donde el momento más esperado era cuando corrían el techo y se podían ver las estrellas. Y, después, a tomar helado de frutas naturales a la heladería china que quedaba en la esquina de Zulueta y Virtudes.  Otras, a caminar por la calle Obispo a "ver las tiendas" y a merendar en el "Ten Cents".  Pero algunas, de las que guardo un recuerdo muy especial, nos llevaban al Palacio de Bellas Artes, en aquel momento un museo no especializado donde me quedaba "embobada" mirando los objetos allí expuestos de la época colonial, sobre todo, el vestuario  exhibido en los maniquíes.  Me hacía sentir como en un maravilloso viaje a través del tiempo.  Y hoy por hoy me pregunto qué fue de ellos, pues en mi continuo deambular por museos y museos, no he logrado verlos de nuevo.

En ocasiones, íbamos a visitar a otras familias de la zona y guardo un recuerdo muy especial, de las visitas a casa de Isabelita, una chica de nuestra edad cuya madre era sombrerera y que padecía un trastorno neurológico, con dificultades en el habla, pero que compartía y se divertía muchísimo en nuestra compañía. Su partida a Estados Unidos en los años '60 nos dejó un amargo sabor de boca pero nuestros momentos compartidos se mantienen vivos en nuestra memoria.

El Callejón, además de formar parte integrante de nuestra adolescencia, es actualmente un lugar muy solicitado para la realización de video-clips tanto por artistas nacionales como extranjeros... Influye en ello, quizás, el hecho de que en una de sus esquinas confluyen cinco calles, o que se encuentra a pocos pasos de la Loma del Angel o que es una de las calles más pequeñas de la Habana Vieja y a su vez, la única conservada originalmente.

De mi paso por el Callejón solo quedan los recuerdos, pues mi familia con excepción de mi prima Gilda, hace mucho que abandonó este Valle de Lágrimas.  Llegue a ellos, dondequiera que estén, mi eterno agradecimiento por haber hecho de mi adolescencia un mundo poblado de bellos e inolvidables recuerdos.

Y a Uds. una vez mas, por su paciencia para compartir estas entrañables memorias, mis más sinceras GRACIAS.

Hasta la próxima.






9 comentarios:

  1. Buena memoria,y buena adolescencia y así has salido ;buena persona...un besazo

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  2. Mil gracias Mary...me imagino que tu amor por los animales tambien surgio en esa etapa...

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  3. Me encanta tu narrativa, y mira que casualidad, conozco una familia, que vivia en ese callejón , y es cierto loq ue dices, esa esquina, siempre es el centro de los videos, y da la casulaidad que siempre salen tomas de la casa de esta familia que conozco.
    Esa parte la caminé mucho cuando estaba en los trámites para venir a España y a medida queiba leyendo, me parecia que era yo la que estaba en la narrativa. Muchas Gracias, por este rato.

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    1. Gracias por tu comentario tan agradable y me alegra saber que te trajo lindos recuerdos....

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  4. Dolores Hernandez escribio en mi chat: Gracias Pucha, muy pintoresca manera de escribir...me hizo sentir sentimental...Gracias

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  5. FidelaPena escribio en mi chat: Eres estelar. Buena memoria y como siempre muy expresiva tu narrativa

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  6. Gracias amigas por vuestras sinceras palabras

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  7. Muy bonitos recuerdos, yo ni siquiera podría contar los míos con tanta exactitud como Usted los narra, no cabe duda que la verdadera felicidad solo son momentos, espero que siga recordando y siga publicando, para poder deleitarnos con sus memorias.

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  8. M mente esta tan llena de buenos y no tan buenos recuerdos que si no los plasmo no podria descansar...por eso los comparto y me agrada mucho que haya quien los reciba con beneplacito si quieres...me encantaria los compartieras con tus amigos un saludo

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