domingo, 22 de noviembre de 2015

Y devine Instructor... que es hacerse promotor

Leer es un placer.  Y, si se trata de un libro  como EN EL CIELO CON DIAMANTES de Senel Paz, lo es aún mas. Con él disfruto de la lectura y de las imágenes que se agolpan en mi memoria.  Me parece estar ahí, en primera fila, observando el arribo masivo de jóvenes estudiantes. Los futuros beneficiarios del novedoso Plan de Becas, complemento de la finalizada Campaña de Alfabetización.  Jóvenes que "repoblarían" las calles del casi deshabitado Miramar, en busca de un futuro mejor.  Y, entre ellos, los integrantes de las primeras promociones de la recién creada Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA).

Jamás pensé, al recibir mi primer carné laboral del entonces Consejo Nacional de Cultura que, gracias a una mera cuestión burocrática,  con el devenir de los años, me convertiría en uno de ellos.  Cosas del Orinoco, que yo no entiendo ni tú ,tampoco.  Pero, ANSI ES LA VIDA.

Aunque en plantilla constaba como INSTRUCTORA DE TEATRO,  yo era en realidad una de aquellas chicas que "vivía del cuento" : era Narradora de Cuentos infantiles.  En calidad de tal, me ubicaron en los regionales de Plaza y Artemisa. Por  aquel entonces La Habana estaba dividida en Habana-Ciudad y Habana-Campo y teníamos que atenderlas a las dos.  Debido a esta dualidad, tuve la oportunidad de compartir y de conocer el día a día de aquellos trabajadores de la cultura.  Seres extraordinarios que se esforzaban al máximo y con un mínimo de recursos por desarrollar el arte y la cultura en sus comunidades.  Ëpoca de esplendor del movimiento de Aficionados con sus consabidas actividades en todo tipo de locales y plazas.  Pluridad de festivales: de base, regionales, provinciales y nacionales en las diferentes categorías: niños, jóvenes y adultos.  Eventos auspiciados por las organizaciones de masas y estudiantiles. y cuyos participantes gozaban de una licencia especial.  Toda una efervescencia cultural.  Fuente de talentos profesionales, de la que surgirían grupos como Moncada, Sierra Maestra , Rumores del Hórmigo.  Y, también  glorias de la cultura cubana: Daisy Granados, Alina Sánchez y algunos bailarines del Conjunto Nacional de Danza Moderna como Leonel Valdés; artistas plásticos de la calidad de Cecilio Avilés y García Peña y muchos otros que harían muy larga esta lista.

Artemisa, además del recuerdo que guardo de sus sabrosas pizzas y batidos de plátano y las largas horas de espera en la términal para ir y venir, es un lugar que considero trascendental en mi trayectoria laboral y personal.  Mi encuentro con Ramón Barata, por aquel entonces Instructor de Danza,  me introdujo aún más en el entrañable mundo del instructor y junto a él protagonicé uno de los episodios más extraordinarios de mi vida: una boda "relámpago" después de un noviazgo de siete días (mi boda No. 3).  No cabe duda, fue "amor a primera vista"  y aunque el matrimonio no superó los dos años de existencia, agradezco mucho lo que aportó a mi formación PERSONAL:  me enseñó a cocinar y a asumir la vida desde otra perspectiva; SOCIAL :me introdujo en su circulo de amigos que luego devendrían los mios para toda la vida  y LABORAL: me enseñó qué era un verdadero promotor cultural y, cuál su deber social.

Recorrí a su lado los caminos de la profesión:  preparación física y metodológica, seminarios, reuniones, actividades, festivales, participación en los Carnavales y festejos tradicionales y populares, además de otras facetas del quehacer cultural.  También conocí, de primera mano, anécdotas relacionadas con todo el riguroso proceso de selección que los condujo a él y a Héctor Téllez (ambos naturales de Santa Clara)  hasta las instalaciones que ocupaba la ENIA  en el otrora exclusivo hotel Comodoro.

Supe del selecto claustro de profesores actuante en el Centro en todas las manifetaciones: Teatro, Danza, Música y Artes Plásticas, integrado por personalidades de la talla de Antonia Eiriz y Humberto Arenal, entre otros.  De su cotidianidad y, fui participe de sus confesiones respecto a las "diabluras" que, como jóvenes al fin, tenían lugar entre ellos.

Nunca me sentí más felíz durante mi vida laboral que cuando compartí con los Instructores de Arte de los diferentes territorios. En especial, con los de las Casas de Cultura del Cerro, Plaza, la Habana Vieja y La Lisa.  Constituíamos una gran familia. De entonces data mi amistad con un gran número de ellos:  Bárbara, Livio, Zenaida, Yamila, Josefa, Nelsa, Cervantes, por sólo mencionar algunos.  Al igual, que con una buena parte de los metodólogos y personal técnico-administrativo relacionados con ellos., como Zulma y Ana Tania.

Pertenecer a la Brigada " Raúl Gómez García" fue para mí motivo de orgullo.  Muchos de mis compañeros recibieron Distinciones, Ordenes y Medallas conmemorativas por su ejemplar labor en el rescate y promoción de nuestro patrimonio cultural.  A mi me cupo el honor de ser la primera instructora de Arte en Licenciarse en la Universidad, elegida por sus compañeros del CNC Provincial Habana, en los cursos para trabajadores que obtuvo la Distinción V. I.Lenin otorgada por la CTC-R.

 Hoy, muchos de los integrantes de las nuevas  brigadas de Instructores de Arte, continuadores de aquellas primeras promociones, ejecutan su quehacer cultural dentro y fuera del país. Transmiten a las  nuevas generaciones sus valores ético- socio-culturales. Promueven el desarrollo del movimiento de  artistas aficionados en todas las manifestaciones y en todos los niveles sociales. Contribuyen a hacerle la vida más grata a niños, jóvenes y adultos,  mostrando que el arte y la cultura establecen fuertes vínculos entre los seres humanos, demostrando con ello que UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE

Llegue a todos  ellos  mi eterno agradecimiento  por haberme permitido ser, entre ellos, UNO MAS.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Paris en la memoria de una cubanita....Algo para recordar

1954:  Además de ser el Año de la Serpiente, fue un año de importantes eventos en el plano familiar:
- en el mes de marzo: nace mi hermana menor y termina mi reinado como hija única,
- en el mes de junio, da comienzo  una aventura similar a la de Julio Verne: la vuelta a una parte del mundo en 180 días.

Como mi hermana era muy pequeña para un viaje tan largo, mi padre decide que iríamos solamente ellos y yo... y comenzó a hacerse  realidad el sueño de todo niño...visitar aquellos lugares que sólo conoce por postales o la tele...

Partimos del Puerto de La Habana en el ferry Havana-Miami, arropados por familiares y amigos que acudieron a desearnos un feliz viaje.  Al llegar a Miami, continuamos el trayecto Miami-Nueva York por carretera.   En esta etapa, visitamos lugares tan interesantes como el mítico lugar en Washington desde el cual Martin L. King proclamara aquellas proféticas palabras en pro de los derechos de los negros norteamericanos:  "I have a dream..." y propugnara su odio a la violencia.

El arribo a la Gran Manzana fue impactante.  Los rascacielos, el intenso tráfico, las aceras colmadas de personas que iban y venían tan deprisa y las calles llenas de luces y letreros.  Los grandes salones y pasillos del hotel con sus alfombras rojas y grandes lámparas.   Apenas nos acomodamos en el cuarto reservado de antemano, mi madre me llevó a un gran centro comercial y me compró una muñeca que era casi tan grande como yo.   Después de una breve estancia en esta gran urbe, con las consabidas visitas al Central Park, el Empire State (en aquella época, el edificio más alto del mundo) y el concurrido China Town, nos embarcamos rumbo al Viejo Continente a bordo del trasatlántico  "Andrea Doria".

La travesía duró 9 dias, durante los cuales disfruté a plenitud de todas las comodidades que este enorme navío ofrecía: sus salones, su  piscina, el camarote y, sobre todo, del bar junto a la piscina de nuestra Cabin Class, en el cual el barman me preparaba una exquisita limonada "especial para niños"  cuyo sabor  aún conservo en mi boca.

Llegamos a Génova un precioso día de verano y pusimos rumbo a Roma. A lo largo del trayecto, tuvimos oportunidad de visitar la torre de Pisa, que a mi me dio mucho miedo porque pensaba que se iba a caer y nos iba a aplastar.   Una vez en la Ciudad Eterna, pudimos apreciar la belleza de la Capilla Sixtina, las aterradoras Catacumbas, tirar algunas monedas en la fontana di Trevi e imaginarnos al circo Romano en el Coliseo, con los gladiadores luchando a muerte por sus vidas.  Celebramos mi cumple en  esta hermosa ciudad y continuamos viaje hacia la Ciudad Luz: Paris.

París, con todo, resultó la más impresionante de las urbes visitadas hasta ese momento.  La vista de aquella   mole de hierro: la Tour Eiffel.  El ir y venir por los Campos Eliseos pasando por el Arco de Triunfo. El observar a orillas del Sena las pequeñas y grandes embarcaciones que surcaban sus aguas y, sobre todo, el entrar en contacto con aquellos paisajes de ensueño en los que, en mi mente, se desarrollaban los cuentos de hadas:  el Grand y Petit Versailles.  El inesperado encuentro con aquel inmenso ataúd en medio de aquel salón en la iglesia de los Invalides al lado del cual veía un sombrero que había pertenecido a Napoleón. Y todo esto, para una niña de mi edad resultó mucho más interesante que la visita al Museo del Louvre para ver la famosa Mona Lisa, con su enigmática sonrisa en aquel diminuto encuadre.

Pero, de todo esto, lo que guardo aún impreso en mi memoria son las imágenes de los souvenirs de las salidas nocturnas de mis padres por las alegres calles de París.  Los programas de los espectáculos del Moulin Rouge, el Folies Bergere y el Lido, por sólo mencionar los que más estimularon mi mente infantil.  Aquellas fotos en las cuales los bailarines y figurantes vestían ( o mejor, no vestían) su brillantes maillots mostrando gran parte de su anatomía al desnudo, meramente cubiertos por el maquillaje dorado que portaban causaron un gran impacto en mi imaginación. Ellas me dieron la oportunidad de conocer aquellas partes del cuerpo humano desconocidas para mi.

Y, aunque nuestro periplo no terminó aquí, es a esta increible ciudad, llena de música, arte, alegría y gente encantadora, a la que quiero dedicar mi entrada de hoy.  Es mi deseo dejar constancia de mi apoyo incondicional a esa ciudad y a su pueblo, no sólo por haber promulgado los valores que defendieron con la Revolución Francesa de 1789, sino por ser la Ciudad Luz, la que abre sus puertas y su corazón al resto del mundo brindándole la posibilidad de compartir esos valores conquistados a tan alto precio, y demostrarles que La Vie est Belle y vale la pena luchar por ella.

Viva Paris  !

domingo, 8 de noviembre de 2015

La suerte es loca...y en algún momento, a todos nos toca

Siempre he oído decir que "pisar mierda da buena suerte"...hasta Serrat lo asegura pero... ¿cuántos lo hemos podido comprobar en carne propia?

Hace unos años, estando aún en mi querido Alturas de Belén, me levanté muy temprano y me llegué a la bodega que me quedaba casi enfrente.  Antes de poder llegar al mostrador, mis pies se posaron sobre algo de textura indefinible y de muy desagadable olor.  El bodeguero, que era una gente muy simpática que siempre estaba de buen humor, me espetó la consabida frase.  Sin pensármelo dos veces, me fuí al punto  más cercano y me jugué algo de dinero al numero siete.  Y ¿sorpresa?... salió premiado y me di un fiestón.

En otra ocasión, después de la muerte de mi madre y en pleno Período Especial, mi entonces novio y yo , decidimos casarnos.  Sería la 5ta. boda. Pero habia un gran problema: no teníamos ni un quilo prieto partido por la mitad.   En esa época, era muy común buscar fondos utilizando "rifas". El número ganador dependía de la Lotería que se jugaba en Venezuela. Mi madre, me había dejado, entre otras cosas, unas cortinas de encaje.  Ni corta ni perezosa  se lo comenté a mi suegro y éste me dijo que él se encargaría.  Antes de marcharse con el paquete,  nos pidió que escogiéramos tres números. Yo escogí el 26, el 45 y el 48.  Llegada la noche y de regreso a casa, mi suegro me estaba esperando.  Llevaba el paquete en la mano y me dijo: "Aquí tienes".  Yo me quedé de una pieza, pues deduje lo peor.  Al ver mi expresión se apresuró a extenderme un sobre.  Dentro habían unos 3 000 mil pesos M/N.  Me dijo "ya yo cogí mi parte"  Yo seguía sin entenderle hasta que nos explicó, que cuando terminó de vender la rifa, cogió el dinero y lo apostó en un "candado" con los tres números que habiamos elegido...Y, como ya podréis suponer.... habían resultado ganadores....Y lo mejor, es que ese día, en el Centro de trabajo de mi compañero, también habían rifado unos jabones y como escogimos los mismos números, nos habiamos llevado el premio: Unos Jabones DOVE .  Díganme si eso es o no tener suerte.

El jueves pasado me fui a dormir a casa de mi hijo en Valencia capital.  Cuando me apee del Metro pasé por el kiosko de la ONCE que hay alli y ví un billete terminal 54...y pensé: "Bueno, yo soñé con comida mas en mi mente lo asocié al 45, pero este es el 54...y decidí no comprarlo...Mi nieto, mientras comíamos puso la tele  y estaban transmitiendo el sorteo de la ONCE  y....¿sorpresa?  Salió el terminal 54. A la mañana siguiente, me voy corriendo porque tenía que asistir a un seminario.  Al pasar por el kiosko, le comento al vendedor acerca del mismo y me contesta que a él aún no le han dicho nada.  Entonces, decido, como siempre, dar mi acostumbrado aporte a esta institución que tanto hace por los discapacitados visuales.  Pido dos rascas de 0.50 euros y uno del juego de las 7 y media.  Rasco el primero, nada,;rasco el 2do. y ¡vaya! me gano 0.50 euro.  Rasco el 3ro. : Primero, veo lo que tiene la Banca .- por aquello de que la banca siempre gana-...Caray...6 y medio...Pienso, a eso no le gana nadie.  Mas cuando rasco....!sorpresa!  Tenía las 7 y media.  Le gané a la Banca....Premio:5 euros.  En total, 5.50 euros.  y la satisfacción de saber que era una mujer con suerte.

Hace poco, estuvo de visita en mi casa un amigo cubano que vive en Italia.  Para entretenernos nos pusimos a jugar al dominó.  Las tres primeras datas, las ganó mi amigo.  Pero, las otras dos, las gané yo.  Y cuando me disponía a jugar la 3ra.  me dijo: "Se acabó el juego"  Yo le pregunté que por qué.  Y me respondiö: "Porque si ganas una más estaremos empatados y a mí, no me puede ganar una mujer"  Me sonó algo machista, pero comprendí que él también sabía que la suerte me acompañaba.

Pero, no sólo en el juego, también en mi vida personal.  Tuve unos magnificos padres y familiares en general, que me mimaron y apoyaron siempre. Unos hijos y nietos que son mi mayor orgullo.  La fortuna de haber nacido en esa Isla de la que Colón dijera: "...es la tierra más hermosa que ojos humanos vieran".  La dicha  de estar entre los que aún pueden disfrutar de sus amaneceres.  La posibilidad de tomar parte en tantos y tantos eventos y acontecimientos que hicieron historia .  El haber recibido una esmerada educación a cargo de excelentes profesores.  Disfrutar de una vida amorosa extensa y plena en la que logré algo que pocos han alcanzado: conocer y compartir con su "alma gemela".  El placer de realizarme como profesional y tener la oportunidad de trabajar y estudiar junto a verdaderas estrellas en todas las ramas de la Cultura, no sólo de mi país. El honor de participar en proyectos novedosos que aportaron mucho a mi formación y sobre todo, tuve la suerte de conocer a esos AMIGOS que todos los domingos, toman un poquito de su tiempo para leer todas estas vivencias que con ellos deseo compartir.

Y ahora, díganme, si soy o no UNA MUJER CON SUERTE.

Hasta la próxima.  Feliz Domingo.




domingo, 1 de noviembre de 2015

Mis Santos Inocentes de Alturas de Belén

Son las diez de la mañana.  Enciendo el televisor para disfrutar por enésima vez de mi serie favorita"Mujeres Desesperadas"  Hoy, es el último capítulo y cuando termino de verlo me percato de que por primera vez cobra sentido para mí aquella frase que una vez oí:  "Qué solos nos dejan los muertos"

 Y, me imagino como Susan. dando una última vuelta al reparto en el que transcurrieron los primeros 62 años de mi vida.

Subo por 78  y  antes de doblar la esquina de 55 escucho a mi amiga Victoria interpretar al piano una de aquellas melodías tantas veces compartida, mientras en la acera de enfrente están mis queridos Nora y Lavin, preparando, una vez más, los bultos de su próxima permuta.  No más doblar la esquina, está Doña Vicenta, como siempre, toda vestida de negro sentada en su blanco sillón.  Desde allí, contempla a su hija Amalia regar las plantas y a su yerno Jaime sacarle brillo a su super cuidado Opel rosa.

Sigo mi camino. Doña Encarnación,  en su portal,  espera el regreso de su marido que es taxista y de su hijo Evaristo.  Mientras, desde detrás de la reja de la ventana su nuera Clotilde contempla la escena y me da las buenas tardes.  Justo antes de llegar a mi casa, sale a mi encuentro Isabel con una bandeja de sus exquisitos tamales y me invita a probarlos.  Alzo la vista y me percato que desde el pasillo superior Lina observa a Carlos conversar con Coro a la espera del retorno de su marido, Tico.

Ante la escalera de mi casa, me aborda Héctor y me invita a que opine sobre su obra más reciente , y observo que Norma está enfrascada en devolver a una muñeca su look original.  Cuando logro llegar a mi casa, saludo a mi padre que está frente a su mesa.  Ejecuta un proyecto para algún vecino.  Mi madre, a su lado , no cesa de darle al pedal de su querida máquina de coser.  Me pregunta cómo me fue el día y si ya Lorenzo regresó.  Acto seguido cojo la libreta, me llego a la bodega y saludo al viejo Alfredo,a Roberto y a Victor, los bodegueros.  Detrás de mí escucho una voz que dice: "Todos los pájaros comen arroz y el totí carga la culpa".  Me viro y veo a Pastora avanzar con sus muletas en compañía de su hijo mayor, recién llegado de USA.
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De regreso , me topo con Mirta que barre la calle y le pregunto por Villita y por Teté.  Justo  en  ese momento  llega Beto en su bici y le recuerdo que tenemos dominó a las tres.  Al llegar a casa me doy cuenta que debo pasar por la  de Toñita a recoger unas camisas.  Salgo y saludo a Carlos y a Blanquita, que se solazan en su portal.  Ese mismo portal donde, años más tarde, Irene dará de voces a su nieta y la otra Irene se sentará a coger el sol en sus piernas.  Atravieso la calle y me tropiezo con Pirolo que acaba de llegar de sus clases de química.  Saluda a Edilia que espera el regreso de su nuera de España a la vez que su suegro, Miguel, baja la escalera maletín en mano para intentar arreglar el viejo Admiral de mi papá.

Nuevamente en casa, pienso que debo saludar a Doña Macusa.  Me llego hasta su casa justo a lado de la de Martha y de Nelsito. Sentadas en el salón nos llega, como un eco, el sonido de las piezas que interpreta Hortensia. Ante mi, surge la imagen de Jesús, ese joven bombero que en una noche de juego perderá a la ruleta rusa.  Y no tendrá la oportunidad de conocer a  aquel otro joven que, durante su Servicio Militar Obligatorio, ofrecerá su vida por salvar la de otros y de quien su abuelo Moré estaría siemmpre orgulloso.

De vuelta a casa, observo que Julio está en su portal vigilando su camión, temeroso de que  Ezequiel le dé un golpe con su rastra.  Escuchamos el sonido inconfundible de la super-casetera de Luis que viene por la acera y a quien Marta le brinda su mejor sonrisa.  Albertina observa benevolente la escena, aunque un poco preocupada por la tardanza de Ochoa y porque no ha visto en todo el día a su vecina Zaida.

Sentado en el escalón del pasillo me encuentro con Chala, le pregunto por Migdalia , la jimagua y por Zenaida.  Patria, desde la otra acera, se pelea con los chicos de la cuadra ante la mirada aprobatoria de Rosa y de Emma.  Se acerca Linares al grupo para invitarlos, a todos, a la próxima sesión de trabajo voluntario.

Veo a Victor, el marinero y le recuerdo que él , Delia y yo tenemos un compromiso para nuestro ya cercano cumpleaños : la comida va por mí pero, la bebida va por él.

Por fin, ya en casa, me siento en mi portal y contemplo a todos y cada uno.  Guardo en mi memoria incontables recuerdos y vivencias en las que todos y cada uno ha jugado un importante papel. A todos he brindado un lugar en mi mente y en mi corazón.  Se que no están todos los que lo merecen y por ello, pido mil disculpas.

Poco a poco, sus figuras se desvanecen, y entonces llego a comprender  lo solos que nos dejan los muertos.