domingo, 17 de enero de 2016

De las colas (continuación)....Anécdotas memorables

Pues bien, una vez llegado mi turno, debo proseguir con la "cola" de esta entrada.

De las múltiples anécdotas de mi vida en las que se ha visto a la "cola" actuando como protagonista, sólo referiré tres de muy diversa índole.

Acerca de alguien que quiso ser muy "listo"

El Supermercado de 5ta y 42, es uno de los más frecuentados por determinados habaneros para satisfacer algunas de sus muy variadas necesidades.  En mi caso, acudía a él en busca de ciertos víveres a los cuales podía acceder gracias a las remesas de mis hijos y a mis clases particulares.  Una mañana, esperando en la "cola" de la caja para abonar la compra, siento de pronto una voz que me dice:  "Permiso"  y quien así expresó se plantó delante de mi con intención de violar el "sagrado orden de la cola".   Pero, como siempre, mis reacciones fueron inmediatas.  Le toqué en el hombro, y cuando se volteó, le espeté:  "Disculpe, pero me parece que Ud. va detrás de esa señora".  El susodicho me dijo mostrando su mejor sonrisa:  "Soy el Tosco y estoy apurado". A lo que yo, sin inmutarme, respondí : "Soy Adriana, y también estoy apurada. Y, ahora, me toca a mí".  Él comprendió la inutilidad de la gestión y se recolocó en su puesto, manteniendo su sonrisa. Y yo continué mi camino a sabiendas de que el turno de la "cola"  es algo inviolable pues, ante ella TODOS SOMOS IGUALES ( o al menos así lo estimo yo).

De mis aventuras amorosas

En septiembre del 66, obtuve una beca para relizar estudios en el Instituto Pedagógico Superior "E.J.Varona" de la Universidad de la Habana.  Nos presentamos unos 300 aspirantes y mientras hacía la "cola" para realizar la entrevista, mis ojos se cruzaron con los de un joven.  No era aquel muy alto pero sí corpulento. Y, poseía un rostro sumamente atractivo.  Lo supe enseguida.  Aquello era AMOR A PRIMERA VISTA.  Una vez concluídas las actividades de la pre-matrícula, nos reencontramos y juntos descendimos por la Escalinata rumbo a la Rampa.  Sin mediar palabra, él posó su brazo sobre mis hombros y comprendí, que a partir de ese momento, nuestros destinos estarían indisolublemente unidos. 

Y así ha sido.  Nuestra hija y nuestros nietos, nos han mantenido unidos más allá de cualquier otro vínculo.

De cómo me gané "un Angel de la Guardia" en vivo y en directo

A mediados de los '80, estaba haciendo la "cola" esperando el bus frente al cine "La Rampa" en el Vedado. De pronto, me viro y veo unos impresionantes ojos de mirada felina engarzados en un rostro muy interesante sobre cuyas sienes caían, casi sin quererelo, largos mechones color de miel.  La visión de este rostro fue impactante.  Mas, estaba segura que no era la primera vez que lo veía.  Su dueño no me parecía del todo desconocido.  Sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia él y le dije:"Yo te conozco".  Y, acto seguido caí en la cuenta y le comenté: "Tú eres el joven que me salvó la vida en la ruta 20".  Aquí va la historia de lo acontecido.

Poco tiempo atrás, regresaba con mis dos hijos pequeños de mi acostumbrado viaje a la cafetería Kasalta o al muro del malecón frente al Torreón.  Acudía allí varias veces al mes para que mi hijo pudiera aspirar el yodo del mar y así aliviara su asma.  Como casi siempre lograba sentarme en el asiento trasero del bus, ponía a cada uno de los niños a dormir a lo largo del asiento, quedándome yo en el centro.  Una noche, se me acerca un individuo y me dice que me corra de sitio, que él se quiere sentar allí.  Intento explicarle la situación e incluso hacerle ver que existían múltiples asientos libres.  El individuo insistió y al no lograr su cometido, hizo ademán de sentarse sobre mis piernas.  Yo reaccioné empujándole. Cual no sería mi sorpresa al ver que, al voltearse, abrigaba la intención de atacarme con el cuchillo que portaba en la mano.  En ese instante, ví como el joven que iba sentado en el asiento delante de mí se paraba de un salto, se agarraba de los pasamanos del techo y con sus largas y vigorosas piernas empujaba al atacante. Este cayó al suelo y una vez alli, gracias a sus conocimientos de las artes marciales, le despojó de su arma.  Como en ese momento llegábamos al final del viaje, la puerta trasera se abrió y en lo que el joven se viraba para saber si yo estaba bien, el individuo se apeó del bus y echó a correr.

  Mi "salvador" que venía con su abuela, notando mi estado de excitación y previendo algún posible contratiempo, decidió acompañarnos hasta la casa.  Una vez alli, me dí cuenta que con tanto nerviosismo, no había tenido ocasión siquiera de presentarme ni de agradecerle su noble gesto.  Y eso me causó una honda pena.

Durante algún tiempo, estuve pendiente por si encontraba la ocasión de hacerle patente mi agradecimiento. Ya casí había perdido toda esperanza de lograrlo cuando.- por esos inexplicables giros del destino-, la vida,  valiéndose de esa entrañable "red social" que es la "cola" me brindó la oportunidad de zanjar mi deuda de gratitud . En esos momentos, se inició una de las más bellas relaciones de amistad que he conservado, con el mayor orgullo, a lo largo de mis días.  La que construí con aquel encantador y valiente joven a quien estaré eternamente agradecida y cuyo nombre merece un lugar en esta historia:  Ramón Verdecia. 


Y, aunque del tema de las "colas" hay aún mucha tela por donde cortar, sólo quiero antes de despedirme hacer una breve acotación: ¿Ha sufrido alguno de Uds. la angustiosa espera que se produce en la "cola" de un baño público durante los Carnavales, después de haber ingerido unas espumantes y refrescantes cervezas?

Amigos, gracias por su tiempo y espero no se vean nunca en esta situación extrema.....


8 comentarios:

  1. MARAVILLADA COMO SIEMPRE CON SUS HISTORIAS Y RESPECTO AL SUFRIMIENTO DE LA "COLA" YO CREO QUE TODO MUNDO HEMOS PASADO POR ESO, O ME EQUIVOCO?

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  2. Marta de la Cruz escribio en FacebooK: Adriana, me encantó el relato de las colas, sigue escribiendo y contándonos anécdotas tuyas y de nuestro reparto

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  3. Mercedes Remigio escribio en Facebook: Pucha, me gustó mucho el relato

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  4. Como siempre, te felicito. Un narrativa exquisita.

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  5. Muy interesante y muy bien narrado. Te sigo. Un abrazo.

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