domingo, 14 de febrero de 2016

Si de amores se trata...hablemos de ello 1ra parte

AMOR.  Sólo cuatro letras y define el más abarcador de los sentimientos.  ¡Ah! Y lo mejor:  no es prerrogativa exclusiva de los humanos.

Mi primer AMOR, como el de casi todos, surgió no más ver la luz y dar el primer berrido.  No se hizo patente de la noche a la mañana. Se forjó paso a paso durante nueve increíbles meses en los que pasé de ser una simple célula fecundada a un rollizo bebé de nueve libras. El amor filial brota de manera espontánea durante esa etapa reproductiva. Surge así ese lazo indisoluble entre el huésped que vive la "dolce vita" alejada del mundanal ruido y su progenitora, la cual trata de convencerse de que las náuseas, los mareos, las hinchazones, las estrías, las varices, el vientre protuberante y todo lo que vendrá, todo ello, vale la pena porque es por una de las mejores causas:  SER MAMA.

El Amor a nuestros padres no es sólo el respeto a los que nos dieron el ser.  Implica nuestro eterno agradecimiento hacia aquellos que lo sacrificaron todo por hacer que ese fruto del amor fuese digno merecedor de su cariño y abnegaión.  Por lo que, doy mil gracias a la vida por concederme la dicha de haber tenido los maravillosos padres que tuve y a quienes debo, en gran parte, el ser la persona que soy.

Dicen que los niños son los seres humanos más francos y sinceros.  No levantaba más de cuatro palmas del piso, cuando Cupido hizo blanco por vez primera en mi "corazón" (aunque dicen que el verdadero órgano del AMOR  es el cerebro).  No recuerdo su nombre pero, si la impresión que provocó en mi.  Era un niño  sociable, con unos ojos muy expresivos y una sonrisa contagiosa.  No sé muy bien qué hacía sentado en mi sillón.  En él solía sentar a mi muñeca preferida, "María Moñitos".  Muchas tardes le daba "clases" frente a mi pizarra de juguete.  Mas, esa tarde era él quien estaba allí.  Los niños, por lo general, se entienden rápidamente.  Y esta vez, también fue.así.  Me contó que me veía jugar a la "escuelita" y que quería que yo fuera su "maestra" porque le costaba trabajo hacer las tareas de la escuela.  Fue todo un cumplido y por esa vez, me sentí en la gloria.  Tarde tras tarde, nos reuníamos en el hall frente a la cocina  (creo que él me veía desde el mundo privado de su abuela Pancha, nuestra cocinera).  Al terminar las tareas escolares, nos divertíamos jugando a los escondidos por todos los rincones de la casa.   Cada vez que me encontraba o yo lo encontraba, nuestras caras resplandecían y tomados de la mano volvíamos a la "base" para empezar otra vez.  Fue un primer Amor muy inocente, pero amor al fin. Sólo eramos felices cuando estábamos juntos. Y aunque no fue un Amor eterno, se convirtió en uno de los más gratos recuerdos de mi infancia.

En 6to. grado, mi corazón volvió a repicar como un tambor.  Acudía a la escuela "Añorga" y alli, entre otros, estaba aquél que lo provocaba.  Su nombre, Fidel Losada Moinelo.  Nunca podré olvidarlo.  Su sola presencia me sacaba de paso.  Y, lo mejor, es que me pareció que yo no le era del todo indiferente.  Lo demostró el día de su cumpleaños.  Me invitó a su casa en el Nuevo Vedado y la mayor parte del tiempo compartió sólo conmigo. Tengamos en cuenta que su familia era de la alta burguesía blanca, y jamás podríamos tener algo más que una bonita amistad.   No obstante, fue una tarde maravillosa.  Terminé el curso que coincidió con los grandes cambios políticos y sociales del 59 en mi país. A raíz de estos acontecimientos, pasé a estudiar a la escuela pública superior "Carlos de la Torre", y no volví a saber de él.  Pasados muchos años,visitaba la zona para encontrarme con mis amigos becarios extranjeros o acudía a la Embajada Checa que también quedaba en esa zona del Nuevo Vedado y pasaba por la esquina donde se encontraba aquella residencia y miraba y miraba con la esperanza de volver a saber de él.   Pero, estaba segura de que él y su familia habían formado parte de aquellos que emigraron durante los años 60.  Aún hoy me queda la esperanza de un reencuentro. Tal vez Facebook me ayude a ello.

Ya en plena adolescencia, solía acudir a la capilla del Colegio de Belén, cerca de mi casa.  Y como el AMOR no conoce de lugares ni fronteras, allí llegó Cupido y me flechó.  Era un joven alto, apuesto y con una mirada muy madura.  Domingo tras domingo nos encontrábamos a las 7 de la mañana hasta que un buen dia comenzamos a relacionarnos.  Inició visitas amistosas a mi casa y nos citábamos los domingos por las tardes en el cine Omega a la tanda de las 2pm.  Permanecíamos juntos hasta las 8pm, que se acababa.  Fue alli, detrás de las cortinas, donde nos dimos nuestro primer beso, el primero de Amor para mí.  Y fue como si estuviésemos celebrando el Fin de Año, pues las luces brillaron como fuegos artificiales.  Lástima que como todo lo bueno, duró poco.  Comenzó la Campaña de Alfabetización y él marchó a Camagüey.  Y eso del Amor a Distancia, no es algo que vaya mucho con mi temperamento.  Así, que para cuando regresó otro Amor pugnaba por ocupar su lugar.   No me lo perdonó nunca, pero eso es la vida.  Sentí mucho haberle roto el corazón pues era un buen muchacho.  Pero, en el corazón ya sabemos que no se manda.

4 comentarios:

  1. Muy bonita la historia, como siempre, me ha encantado tu narrativa...Esta etapa que cuentas se vive, se siente, y se recuerda, como un flash para toda la vida.
    Feliz Día del Amor y la Amistad Pucha.

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  2. Que bonita historia de amor, como siempre me impregno al leer y parece que lo estoy viviendo. Saludos

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  3. Interesante historia. Bien narrada.

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  4. Bellísima, una vez mas lo digo "parece que lo estoy viviendo".

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