domingo, 17 de abril de 2016

Mi padre...un hombre tan fuera de serie como mi madre 2da.parte

Después de su precipitada entrada a La Habana y su fortuito encuentro con mi madre, la vida de mi querido padre tuvo un giro de 180 grados. Se ampliaron sus horizontes laborales y se conviritó, por su propio esfuerzo y la ayuda de aquellos que supieron reconocer su valía, en un próspero empresario.  La construcción para él, era algo más que un oficio, era parte integrante de su vida y a ella dedicó mas de 60 años.  Tan fue así que, de un simple albañil se convirtió en un destacado Maestro de Obras y, más tarde, un reconocido "arquitecto" hecho a pie de obra a quien se le otorgó la posibilidad de ejecutar y firmar sus propios proyectos.  En nuestro querido barrio de Alturas de Belén pueden apreciarse algunas obras de su infatigable quehacer. Otras muestras de ello se aprecian en  su participación en la construccion de algunas de las Casas de Pastorita y en la puesta en marcha del Plan de Microbrigadas de Alamar.  Aún en la etapa más ardua de la lucha que libró contra el cáncer que a los 74 años pondría fin a su fructífera existencia, continuaba pegado a su mesa de dibujo volcado en plasmar sus últimos proyectos.  Afición que compartía con su insaciable amor por el juego, daba igual una mesa de dominó que una partida de damas.

Hoy me doy cuenta de por qué no podia parar.  Sus ideas bullían en su mente al igual que mis recuerdos que me hacen levantarme en medio de la noche a ponerlas en blanco y negro. Es lo que nos hace sentir vivos.

A partir de su compromiso con mi madre, aumentó su participación en la vida social de la ciudad.   Como masón asistía a las actividades de su logia, hasta que,- desconozco el motivo-, pasó a ser "durmiente"  (así decía él, riéndose con picardía). Debido a su membresía entre los masones, pude asistir a la Escuela Nacional Masónica, sita en el reparto Nicanor del Campo, al fondo del cine Arenal.  Fue en esa época, que entró a formar parte del Club "Atenas", la institución que agrupaba a los negros de mayor nivel económico y social de la época.  Fundada por los '20, en los años siguientes  se convirtió , sin dejar de ser clasista y aristocrática, en un reflejo del grado cultural y un exponente de las aspiraciones de la raza negra en Cuba.  En esa misma década, el Club recibió del  tristemente célebre Presidente Machado los terrenos y 50 mil pesos para la construcción de un nuevo edificio que albergara la sociedad, con la condición de que si en un momento dado dejaba de fungir como tal, el edificio sería entregado a las autoridades competentes del Estado .  (Lo que sucedió en l961, cuando después de casi dos años de inactividad, fue entregada a la Dirección de Circulos Infantiles).

El nuevo local ubicado en la calle Ignacio Agramonte y Apodaca en Centro Habana, contaba con salones para fiestas, exposiciones, banquetes, homenajes, veladas, bailes. A lo largo del recinto se relucían preciosos vitrales.  Recuerdo  una vez que, para un baile de disfraces infantiles,  mi madre me confeccionó un traje de sevillana con peineta y castañuelas. Aún conservo en mi memoria las "pasarelas" de las exposiciones de modas en las que participábamos mi hermana Margarita y yo, junto a los hijos de los  demás socios amigos de mi padre y para las que mi madre hacía gala de su ingenio como modista  y diseñadora.

Su membresía era muy heterogénea. A ella podían pertenecer individuos de cualquier raza siempre que cumplieran con el reglamento y los Estatutos de la Sociedad, ( o sea, demostraran tener el nivel económico, social y educacional, requerido). Por ello contaba en su plantilla con personalidades de la talla del Dr. Miguel Angel Céspedes Casado, Evelio Chen Mesa, Eulalio Gutierrez, Teodoro Ramos Blanco, el Gral. Gregorio Querejeta, el pelotero Orestes Miñoso, la escultora Caridad Ramírez  junto a muchos otros profesionales, funcionarios públicos, comerciantes e incluso, estudiantes. Es decir, intelectuales, profesionales, militares y personalidades de una mayor posición económica. Constituía un reflejo del grado cultural de la burgesía negra cubana.  Intentaba demostrar las aspiraciones de la misma y a la vez contribuir a las buenas relaciones entre todos los cubanos.  En ella se celebraban no sólo actividades de caracter festivo, sino también artísticas, científicas y literarias.  Buscaba elevar el nivel cultural y el buen gusto de sus afilliados y apoyaba el papel del matrimonio como pilar de la familia y la sociedad.

Pero no fue sólo esto lo que promovió el Club Atenas., pues fue parte activa en la lucha por la implantación de la Ley contra la discrimación racial de 1951, para que nadie fuera excluído por razon de su raza de ningún sector de trabajo.  La institución mantuvo fuertes vínculos con la sociedad negra norteamericana a través de su Revista, denunciando hechos ocurridos en ese país y dando a conocer el verdadero papel del negro en la sociedad americana.  ( Mi padre, junto a otros miembros de la Junta Directiva, participó en la entrega en el año 1954 de un busto de General Antonio Maceo a Eleonor Roosevelt en los Estados Unidos).  El Club incluso se sumó a las protestas de los estudiantes de la Universidad de la Habana en lo referente al asunto del Parque Vidal de Santa Clara, en la que mi padre sufrió en carne propia la infamia de tener que pasear por un lugar del paseo sólo por ser negro.

Por ello y por muchas otras razones mi padre luchó por romper la visión que se tenía del negro en nuestra sociedad, sumándose al Partido Ortodoxo con el propósito de unir sus esfuerzos y su inteligencia a lo mejor del pensamiento progresista de la época en la búsqueda de reivindicaciones para la tan discriminada raza negra cubana. Llegó hasta a postularse como Representante junto a Pelayo Cuervo en las elecciones de los años 50. Y aunque no logró sus objetivos políticos, siempre demostró con sus acciones aquello en lo que creía y a lo que aspiraba.  Quienes lo conocieron sintieron por él un gran respeto y admiración, incluyendo a la mayoría de aquellos que tuvieron la oportunidad de trabajar junto a él y a los que consideró siempre no como sus empleados, sino como parte de la familia.  Visitaban nuestra casa y compartían con nosotros muchas de nuestras actividades en un franco ambiente de camaradería. Inculcó en mí con su quehacer las verdaderas prácticas del Jefe. Sus ideas lo llevaron a compartir en múltiples ocasiones con Lázaro Peña quien lo nombró Asesor Técnico de la CTC (al cabo de un tiempo ejecutaría la reestructuración del Teatro que más tarde llevaría el nombre del referido líder) y de quien guardaría siempre un fiel recuerdo, por su papel en la lucha en defensa de los trabajadores, clase a la que se sentía muy ligado a pesar de sus exitos económicos alcanzados.

Compartir con mi padre durante gran parte de nuestras vidas, me dio otra visión  del quehacer cultural de mi ciudad.  No sólo fue aquel que estuvo ahi siempre para mí, sino aquel que logró sacar de mí lo mejor.  Eramos como camaradas que compartían acciones y vivencias.  Nuestras frecuentes salidas a restaurantes como el Monseigneur,- para escuchar a Bola de Nieve y comer el delicioso "bistec uruguayo" especialidad de la casa-, así como a La Carreta, -donde nos topábamos a menudo con Almeida mientras nos  deleitábamos  con un exquisito plato de "ropa vieja"-, solos mi padre y yo, me ayudaron a conocer y determinar no sólo mis gustos culinarios sino también a confiar en mis posibiidades, pues siempre me pedía amablemente que me sentara al piano y lo complaciera ejecutando alguna de las piezas que tanto le gustaban como La Comparsa de Lecuona.  Nuestra constante asistencia a salas de cine, a teatros, a eventos deportivos y sobre todo, a las casas de sus amigos me brindó la posibiidad de valorar lo que la amistad como vínculo social significaba. Un amigo es para toda la vida, solía decir y se atuvo a ello hasta su último aliento.

Mi padre como todo ser humano era un dechado de virtudes y de defectos.  Pero, de estos últimos compartiré anécdotas que sé que os harán reir en cualquier otro momento.

  Gracias a Uds.  por estar ahi para mí ahora que ya él no puede estar.




3 comentarios:

  1. Aunque parezca una reiteracion, (que bueno poder hablar asi), esta cronica supera a la anterior, quizas porque la influencia de su papa se aprecia a lo largo de su vida, sin desdeñar la hermosa presencia de su mama en lo que usted ha hecho en su vida. Una excelente cronica que dibuja, con el pincel mas tierno, esa trayectoria de su padre, que dejo una estela de simpatia entre los que tuvieron el placer de conocerlo. Como constructor ha dejado obras que aun, a pesar de los años, se mantienen enhiesta, tal y como se mantiene en las mismas toda la grandeza de su progenitor. La felicito y la aseguro que cada post se convierte en una clase de buen gusto para mi.

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  2. Pucha, muy interesante lo que comentas. y lo más interesante bien narrado. Un saludo virtual.

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  3. Me quedo sin palabras. Interesante muy interesante que bellos recuerdos, gran parte de su vida queda grabada aquí y nos deleita enormemente a sus seguidores, gracias nuevamente.

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