domingo, 20 de noviembre de 2016

LAS FLORES DE MI JARDIN....CONT.

Hace sólo unos días, nuestra hermosa ciudad capital cumplió 497 años de fundada, y con ese motivo sus habitantes se reunieron, sobre todo en el área de la Habana Vieja, para celebrar tan solemne commemoración.  Y, desde esta tierra que hoy me abriga pensé en mi amiga Ibis, quien año tras año me invitaba a los festejos que en la Casa del Africa tenían lugar en estos días.

 Ibis entró en mi vida siendo ella una niña, cuando su papá, que era vecino mio en Alturas de Belén, la llevaba a la playa de La Concha, donde yo también llevaba a mis hijos a tomar el baño de mar y a jugar en la arena, y él me pedía, muy amablemente pues era un hombre sumamente educado, que si podía ayudarle con la niña en el área del baño de señoras, cosa a la cual accedía siempre.   Pasaron los años e Ibis se convirtió en mi amiga para todo, pues realmente la diferencia de edad entre nosotras no fue óbice para desarrollar una gran amistad. Fue mi asidua compañera a partir del momento en que comencé a trabajar en la Galería del Cerro , e incluso mucho después de que yo abandonara el Ministerio de Cultura en 1994. Cuando contraje matrimonio por 5ta. vez, ella, mi esposo y yo formamos un trío casi perfecto, y juntos asistíamos a todo tipo de actividades, pues como él era Inspector de incendios, nos conseguía pases para las mismas en los diferentes teatros de La Habana.  Después, ella marchó a Angola a trabajar en las tiendas en Luanda y continuamos en contacto,y como el mundo es más pequeño que un pañuelo, estando allí conoció a René, un excompañero mio del Pre al que me unía una gran amistad y durante todo ese período los tres nos mantuvimos en contacto postal. A su regreso, retomamos nuestras idas y venidas por todo el panorama cultural de la Ciudad, más aún cuando ella había comenzado a trabajar con Nisia Agüero, gran amiga de mi madre, y en aquel entonces directora del Teatro Mella, así que yo me daba cita todos los fines de semana en los espectáculos que allí se presentaban o en cualquier otro para el que ella consiguiera invitaciones.  Además, de que ella mantenía una estrecha colaboración con las esposas de los embajadores de los países africanos representados en Cuba y me invitaba a cuanta recepción podía. Nuestra amistad permanece intacta a pesar de la distancia, y extraño mucho tanto sus visitas como las que yo le hacía, cuando su mamá me invitaba a comer alguno de sus exquisitos platos acompañado de los aguacates de su casa en el centro del Nuevo Vedado, y de los que ella estaba muy orgullosa.

De mis amigas más íntimas que dejé en la Habana, hay una cuya amistad ha dejado una huella muy profunda en mi modo de pensar y de actuar en la vida.  Melba, es de esas personas que sin arengarte, imprime en ti las ideas más preclaras que tuve a bien recibir.  Mujer con un historial increíble y una fuerza de voluntad fuera de lo normal, que sin embargo no la ha cohibido de ser una de las personas más sensibles que he conocido.  Fue una gran amiga de mi madre, a pesar de que sus puntos de vistas políticos no coincidían para nada, pero el respeto que se tenían la una a la otra estaba por encima de cualquier desavenencia ideológica.  A la muerte de mi madre, Melba se convirtió en la persona que me guiaba por los senderos de la vida, como había hecho hasta ese momento mi querida progenitora.  Eramos y somos dos personalidades totalmente diferentes, más eso no fue óbice para que deviniéramos las mejores amigas.  Todo lo que ella me aportaba, yo se lo revertía en un sólo aspecto:  era su personal shopper .  Cada vez que tenía que acudir a comprar, recurría a mí para que la ayudara.  Yo programaba mi tiempo en función del suyo, y cogíamos carretera visitando cuanta Tienda del Pueblo hubiera en el camino que le tocara a ella revisar ese día, y nos estábamos todo el día de aquí para allá, llenando el maletero de cuanto artículo o producto agrícola encontrábamos. Sus hijas y mis hijos hicieron muy buenas migas y después que tomaron sus caminos, ella y yo nos reuníamos unas veces en su casa, otras, en la mía a conversar horas de horas, a tomarnos cualquier cosa o simplemente a ver la tele.  Ha sido una guía en mi andar por esta vida, y le agradezco enormemente todo el apoyo que me ha brindado a lo largo de más de 40 años.

No quiero terminar esta entrada de hoy sin referirme a la única persona que llegaba a mi casa a las 12 de la noche, y me decía: "vengo a tomar café y a ver la película", con sus dos hijas y nos acostábamos todas en las dos camas y allí amanecíamos.  La única persona que era capaz de irse a dormir al sofá de su casa y dejarme su cuarto cualquier día y por cualquier motivo, sin preguntarme jamás nada al respecto.  Esa persona que me enseñó el poder de la perseverancia, sobre todo, cuando logró sus sueños de vivir en el centro de la ciudad, partiendo de La Lisa, a base de permutas y sin poner un centavo.  La que siempre tenía una sonrisa, un abrazo para mi padre y un marido que se desvivía por contentarla.  Ese mismo que siendo ciudadano norteamericano y haber peleado en la II Guerra Mundial, amaba tanto a Cuba que jamás la abandonó.  Y que llegaba a mi casa y me preguntaba: ¿ya hiciste la comida? Pero no para comérsela, sino para meterse él en la cocina y prepararla.  Ese que quiso a mi padre como al suyo, y cuyas hijas me asumieron como una más de la familia.  Siento que ellos dos ya no estén entre nosotros físicamente, pero su ejemplo y sus vivenias siguen vivos en mí como el primer día.  Para Uds. Nora y Lavín, donde quiera que se encuentren, mi eterno agradecimiento por incorporarnos a todos en su querida familia.

10 comentarios:

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  2. Por error elimine el.comentarios anterior. Decia asi. Muy buena como siempre,disfrute tanto su blog que me entristece de verdad que ya no escribs

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    1. Olivia Agradezco mucho tus palabras porque se que son sinceras pero no voy a dejar de escribir. Solo lo.hare en otro.contexto y tal vez más Adelante retome el blog en el mismo lugar en el.que me quedé gracias

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  7. Preciosas palabras sobre la amistad. Terminé llorando porque yo también he tenido la dicha de tener ese tipo de amistades. Un abrazo enorme. Te recuerdo cada día y converso contigo y te cuento mi vida. ¿Cómo sería si nos conociéramos personalmente? Es el Karma amiga, siempre te lo digo.

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  8. ¿Ves?, ya incursioné por tu blog. Me encantó tu relato y si tuviera que calificarlo con dos palabras te diría: amistad y respeto, esa es la fómula, sencilla, pero demasiadas veces no se logra.
    Me da la impresión de que en Facebook, la página concebida, como me parece con tanto amor, no alcanza que las personas entren y lean, no sé, solo una observación.
    Continuaré por aquí.

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